¡Ven cuando quieras a cobijarte entre mis brazos!
Niño pequeñito, abrigado de orfandad,
afable refugio espera hambriento
estrechar dulces lazos, allegando caricias,
que suavemente abrigarán tu humanidad.
En ausencia de un hogar, perdida tu niñez
buscas voluntades por indolentes sendas
que escuchen tu voz, en apremiantes tiempos.
¡Infortunada vida, presa del escarnio!
Ruta cruel vivida por miles de centenas.
Ven…
Acurrúcate todito, siente mis mimitos,
estrechar tu carne tierna preñada de bondad,
atesora mi niño, ternezas ya olvidadas
que claman por salir, a vida placentera.
¡De alegría, amor y paz en esta nueva navidad!
No hay comentarios:
Publicar un comentario