Desde aquel día
en que el roce de tu piel
sentí en mi mano
suave llama despertó mi
pasión
trepó violenta e invadió mi
corazón
Desde aquel día,
tersa piel apenas en
ciernes, acompasada
escudriñaba profundidades
latentes
y con fuegos nacidos del
adentro
se consumaba desigual rito
apasionado.
Desde ese día,
enamorada, feliz surcaba
ese mundo,
mi piel era tu piel, tus
sueños eran los míos
navegaba en barca tierna y
juvenil, ¡tan tuya!,
que aprendí que todo es
primavera,
satisfecha, alucinados mis
sentidos vivía
alborotada ensoñación.
Quemante luz, desde aquel
día.
Trastocase de pronto la
ilusión, un día.
En contados atardeceres…
¿Volvías a enjugar mis
lágrimas amorosas?
¿O asomabas por otro coche
nuevo?
La luna hacía guiños a mis
desvelos
acongojada mecía
anocheceres
que transcurrían
inexorables, solitarios.
¡Ausentes del mirar de tus
ojos color cielo!
¡Fatal destino!
Deshojó mi cuerpo
pasión descontrolada consumió
los suspiros
y mil estancias a las
sombras regaladas.
¿Seguirán las noches sin
estrellas
que alumbraban y sacudían
la pureza
de tu piel, de tu estilo e
inexperiencia?
Quiero percibir amores
verdaderos que borren
para siempre tus huellas
licenciosas,
saber que existe el sol con
rayos luminosos
que aviven este
cuerpo impávido
de largos inviernos,
tachonado.
oooooooooo
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