Las mirarás y no creerás
que pasan por tu lado a la vera del camino; cuatro pedazos de tu alma, vestidas de tan
distintos colores, pero el rosa es el que prima. Pensarás que las podías
dominar y quedarás asombrada de su decisión. Imaginarás sus vuelos de mariposas
muy lejos de tu abrazo, con sus alitas multicolores, que ya has visto ensayar
tantas veces, te dominará la tentación de seguirlas, pero te será difícil, no
podrás, ya aprendieron a volar e iniciaron sus vidas, entonces aprenderás lo que es la soledad.
Reflexionarás con tu corazón feliz por su destino, pero a la vez triste, ya no
estarán.
Te mirarás en el espejo y él reflejará a
otra persona. Verás una figura poco estilizada, más bien redonda, con la frente
cursada de pliegues que el tiempo ha depositado, notarás tus ojos llenos de
preocupación atropellados por negruras inciertas y bandas ocres marchitas
asidas a la boca en el rictus quejumbroso de los labios.
Recogerás el pomposo ruedo de tu vestido,
que pesa, húmedo de llanto y te sentarás a esperar. ¿Cuánto? Cuanto sea
necesario, ahí estarás día a día. Imaginarás que vienen de regreso por el cruce
del camino donde has colocado infinidad de faroles alumbrando el camino de
regreso y levantarás la mirada para verlas a ellas en el centro, anhelantes de
divisar tu figura. El brillo se desvanecerá, la oscuridad te envolverá y ellas
no estarán para agradar tu corazón.
Vivirás horas extrañas jamás vividas,
forzarás las noches de luna para que pronto desaparezcan en trance enloquecido
por ver brillar el sol en lontananza y junto a él, una esperanza. Siempre has
creído que los días tienen muchas horas, pero ellas van veloces y jamás
alcanzas a empaparte de ellas, te sorprenderá la luna en un parpadeo, ajena a
todo.
Un suave revoloteo te
despierta, creerás que estarás en sueño, mas, rodeada
de ellas te encontrarás. Las lágrimas cubrirán tus mejillas y razonarás que, si
bien están de vuelta, no permanecerán a tu lado, es solamente una visita. Te extasiarás
con las pequeñas figuras que te han presentado, sombritas multiplicadas que aletean
con suaves y novatos terciopelos. Enjugarán tus lágrimas y te conmoverás al ver
la extensión de tu ser, en tan insólitos y diminutos cuerpos.
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OOOOOOOOOO
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