Letra inédita
Mi canto es único, a ninguno se parece.
¡Mi canto es puro!
Porque va pregonando, lo que mi corazón solloza
lo que mi corazón se muerde.
Al alero de una pluma, mi canto emerge
y no alcanza al excelso poeta, en una letra,
gime relegado y solitario
en la negrura de un poema ausente.
Osado, acaricia pregonar
con redoble de tambor y ágiles trompetas.
¡Que lo vean, que lo sientan, que lo escuchen!
Reluciente como el sol, cual cristal sempiterno.
¿Por qué negarle la dicha de nacer?
Si arrastra ya consigo, el sino de no ser.
¿Por qué no conceder, que se eleve por los cielos
surcando espacios y grite su pretender?
Pende de la pluma con auténtica sencillez.
Mi tímido canto se asfixia en melancólicas grutas,
mezquinas y quijotescas...
¡Que no dan espacio a un sentimiento florecer!
Atesorando vigor, mi canto ignoto suspira cauteloso
y festeja las astucias del poeta inteligente
que matiza con pericia seductora, composiciones
con osadas palabras que irisan fructíferos escritos.
Mas, del rescoldo surgen clamores punzantes
frutos de pretensión, que la congoja desgrana
en inagotables lisonjas desbocadas,
que allego en ecos sufrientes.
¡Qué suplicio…! Mis letras se desgastan sin
emerger.
Plañideras se mecen descompuestas en sus ansias de
existir,
con bravura, sin descaro…
¡Solicitan el permiso de nacer…!
oooooooooo
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