Confié en la vida, cuando todavía
no habitabas en mí.
Te amé cuando… ¡Fruto del amor,
radiante floreciste!
Confié en la vida cuando con
fuerza, minúsculo, a ella te aferraste.
Te amé cuando en cristalinas
aguas danzabas leve,
confié, aún, cuando de pronto ellas
cesaron.
En la vida confié cuando entre
conductos fríos luchaste.
Te amé desesperada cuando, inminente
abandonabas.
Confié tanto en la vida, que
deseé traspasártela en ese instante.
Lloré con sangrante corazón,
cuando en diáfano soplo te fuiste,
aterida, sin energía acepté el
fin.
Te amé carne de mi carne en tu
quietud mortificante,
mi abrazo póstumo te abrigó, lo
sentí.
¡Confié en la vida cuando los
santos óleos te vistieron!
Te amo, cuando a tu recuerdo sangra
mi corazón acongojado.
Confío porque tu paso silente, sólo
adelante va.
Te amamos, espera quedamente.
¡Tú sonriente nos recibirás!
Habrá tiempo sin tiempo, mi
pequeño.
¡Mamá te acunará!
❤
No hay comentarios:
Publicar un comentario