Hoy me siento cansada no siento mi cuerpo, observo, desde el ángulo del ventanal el azote del temporal. No escucho el sonido de la lluvia contra el cristal, tampoco el chasquido de la fritura en el satén. Las cuatro niñas corren, no escucho sus pasos.
Era día de aseo, me sumergieron, lavaron mi cabello, limpiaron mis oídos y escobillaron cada centímetro.
Desde mi posición veo el crochet, tirado junto a la bañera, con el que las cuatro niñas han extraído cerumen de mis oídos; no suavemente y sentí mucho dolor. Arrancaron mi cabeza.
¡Dolly ya no sirve!
¡Compraremos otra! –gritaron.
Fin
ooooo1oo
No hay comentarios:
Publicar un comentario