5/29/2022

CAMINO MILENARIO


Camino milenario, de inigualables lunas

desdoblados en senderos sin huella

ebrios, soñolientos, que lleva en sus andares

todo el dolor del mundo y todos sus pesares.

Mundo vano, anestesiado, extendido en lo incierto,

oteando por oscuros cristales

trastocado sus valores, sin sentimientos. 

¡Sin ver que se extingue, lo sustancial, lo puro!

Trozadas día a día las riquezas.

Devastadas, montañas ejemplares

por años conservadas virginales,

convertidas para siempre en secos arenales.

¿Sabrán que la maldad, la injusticia y la pobreza,

aplastaron las hierbas tiernas del camino?

¡Qué pie podrá posarse sin herirse, si está

de guijarros tapizado!

Incertidumbre cruel que nos desgarra el alma

y el corazón…, hecho jirones.

Rehúsa el tiempo ver luz en el camino

y sometidos, humillados nos cabalga.

Quisiera ver el camino de inigualables lunas

limpio y repleto de rosas, violetas y geranios, 

blando, seguro y recorrerlo como un niño;

¡Con la torpeza tierna de sus primeros pasos!  

2011/07/24.

 

 0000000000 

AMIGOS EN EL SILENCIO


En el sombrío portal

cobijado en mí sustento

sin poder caminar y casi ciego

el animal admite mi calor contento.

 

Vacío sus tiempos y sin hogar

sin entender que vuela,

dejando hondo pesar

a quien más se ama y desaparece.

 

Muerde el sufrimiento y desconsuelo

en solitario mi alma albergada,

honesto, risueño, amoroso, se ha ido

el que rebasó de encanto mi vida.

 

Allégate a mi lacerante herida, amigo perruno

compartamos nuestro murmullo

deleitarás tu mirada en mis ojos

¡Yo apartaré mi escarcha con tu arrullo! 

 

ooooooooo

EL GATO GASTÓN Y SU AMIGO COSME.

 

Don Gastón, un gato bonachón y muy generoso, dueño de una gran hacienda y jinete de carrera. Quedó admirado de la hermosa vista que tenía ante sus ojos, inmenso y verde terreno preparado para desarrollar la competencia “parejera de caballos”, tema ecuestre que lo apasionaba.

   Llegó a ese lugar acompañado del muchacho Cosme, un conejo muy astuto, pero ambicioso a los ojos de los trabajadores. Criado desde pequeño bajo el alero de don Gastón que, con el tiempo, bajo su influencia aprendió el oficio de jinete profesional.

   Era la primera vez que don Gastón se presentaba en ese territorio de competencia invitado por su ayudante y amigo, el conejo Cosme; pero éste, que siempre andaba con segundas intenciones, ya tenía preparado el engaño y se había esmerado en convencerlo para que presentara en este desafío a Pirincho, su caballo regalón.

  Pirincho era un caballo veloz, nacido y amansado en la hacienda, muy bien entrenado para las carreras y don Gastón tenía depositada toda la esperanza en él para ganar el premio que coronaría sus esfuerzos de tantos años, además estaba, orgulloso de haber salido seleccionado para competir en la primera carrera junto a Sultán, potente equino purasangre.

   La avaricia y el interés hormigueaba en el corazón del conejo Cosme, sufría anhelando ser el dueño de Pirincho y deliberadamente buscaba motivos para asegurar su intrínseco deseo, aún a costa de quebrantar el compromiso adquirido con el dueño de la hacienda: serle fiel y cuidarle siempre las espaldas de futuros cuatreros que rondaban con el propósito de robar sus animales.

 

La caminata por los alrededores del lugar dio motivo para que el conejo Cosme soltara sus intrigas, con ademanes muy peculiares le susurraba meloso en el oído a don Gastón, que según lo que había visto y comparado con otros caballos, a Pirincho le faltaba preparación, por lo que seguramente no ganaría la carrera, lo decía de forma tan convincente que eso descolocó a don Gastón, e ideas inquietantes comenzaron a rondar su cabeza, sin embargo, ya era tarde y asumía su destino.

    Esa tarde don Gastón, con preocupación, tiraba su caballo Pirincho bien enjaezado, a la pista preparada para la competencia; todas las apuestas estaban orientadas hacia el purasangre Sultán, predilecto entre las cuatro parejas que se presentaban a la carrera. El conejo Cosme, se apresuró a tomar las riendas cuando su amigo le mencionó su intención de ir al baño y de paso retiraría sus guantes olvidados en el camerino.

   Grandes caballerizas techadas, con pesebreras llenas de fardos de paja, jinetes con sus caballos, yeguas, potrancas, potrillos, más allá, los veterinarios, entrenadores dando órdenes, todos en ajetreo constante.

   El conejo Cosme, al ver los establos atestados soltó las riendas de Pirincho para confundirlo entre los animales y fue en busca de Sultán, con la intención de complicar a don Gastón que, a último momento no tendría otra solución que montar a Sultán y lo culparan de robo. Así se cumpliría su sueño de tener a Pirincho.

   Casi al toque de la largada apareció don Gastón y de un salto quedó bien montado en la silla, fusta en mano agarró las riendas y enfiló a colocarse en el carril de esa “carrera parejera”. De inmediato notó la tensión del caballo cuando tiró de las riendas, ese no era su “Pirincho”. Y las preguntas asaltaron su mente de inmediato: —“¿Qué pasó? ¿Y mi caballo? ¡Los aperos son de Sultán!  —¡Cosme, Cosme! ¿Muchacho dónde estás? —gritaba. —Mientras el conejo Cosme, escondido, se reía.

   Ya todos se dirigían a la pista, un jinete al verlo tan descontrolado, le dijo:

   —Vaya, vaya a ubicarse en el carril, amigo, que la carrera va a comenzar.

   —Pero, ¡por la miéchica, este no es mi caballo!, y en esta batahola, ¿dónde voy a encontrar al dueño de Sultán?   

   —Córralo no más, el caballo se ve bueno, amigo, que espera. —le respondió el otro jinete.

   Al escuchar eso, rápidas cruzaron imágenes de triunfo y vítores que hicieron titubear su sentido ético. —“No es mi Pirincho, pero… ¿Montado en este soberbio equino podría ganar la carrera?” —se dijo— “¡Ay Cielo Santo sería el campeón!”. —Su mente se nubló y las ansias de ganar hicieron un nudo en su lengua y en su sentido de honestidad. “¡Ahora sí, con este purasangre ganaré!” —concluyó.

   En segundos se dio la señal de partida y salieron los dos caballos en vertiginosa carrera, de reojo alcanzó a ver al conejo Cosme montado en su “Pirincho”, poco pudo hacer ya que, “Sultán” al desconocer al jinete comenzó a brincar furiosamente a la vez que corría desbocado a campo traviesa, sin facilitar en nada la posición de don Gastón que irritado tiraba de las riendas para darle dirección, mas, el caballo seguía sus impulsos nerviosos que lo llevarían a un insalvable destino. 

El camino desaparecía bajo los cascos rápidamente y don Gastón, gato fornido se sujetaba cual parásito a la silla de “Sultán”, trataba de ubicar el camino, pero él no conocía el terreno y menos imaginaba la existencia del barranco que se presentaba en picada al río.

   En segundos, don Gastón y “Sultán” caían estrepitosamente al vacío; donde su “amigo”, el conejo Cosme, pasadas unas horas del hecho, los encontró sin vida.

   —“Nunca imaginé esta tragedia”. —se quejó el conejo —“Don Gastón me recibió huérfano y fue tan bueno conmigo, quizás si le hubiera pedido el caballo, me lo habría regalado, qué tonto fui, no medí las consecuencias, ¿ahora ya fallecido de qué me sirve “Pirincho”? Todos vieron mi mal comportamiento, ¡claro que lo deseaba, Santo cielos, ¡pero no a este precio!” —y soltó el llanto.

 

La ambición y la envidia devoran a cualquiera y no mide consecuencias.

 

 

FIN

  

AMIGO FIEL SU NOMBRE NADIE CONOCÍA

 

Al clarear el alba con frío o con lluvia

pasaba por mi puerta una sombra lanuda, 

temía ser visto

con paso ligero casi ciego, jadeaba y desaparecía.

Pelo mojado, cabeza sometida, su Nombre…

¡Nadie conocía!

Al clarear el alba esperé emocionada 

correr el velo de ese misterio quería

de pronto la sombra en lontananza surgió,

su fuerte resuello más y más cerca sentía

Con ojos vidriosos, desfallecido

en mi puerta se desplomó. 

Sucio pelaje, patitas heridas,

expeliendo un suspiro quedaba sin vida,

su mirada lo dijo…, siguiendo a su amo

que ya de este mundo se había marchado.

Perrito lanudo ignorado de todos y que

sin importar distancias al sepulcro

de su amo corría.

¡Tierna raza canina, de sus amos siempre prendados!

Amigos fieles es el don que Dios les ha dado.

 

Al amanecer de todos los días en mi puerta una Luz, habita.

Ángel lanudo, ojitos de estrella, cabecita erguida

largas orejas, lengüita humedecida jadeante de alegría

colita peluda mueve ligera, al compás de su ardiente corazón,

que recuerda, por ahí caminan muchos perritos sin Nombre

¡Viviendo en esta situación!

 

 

 25/07/2011.

ooooooooooo

5/27/2022

EVOCACIÓN PERMITIDA

                                  

En agitación, mis ojos anegados en mar de espuma

aguardan noche tras noche verlas regresar

con aleteos rutilantes a depositar el manjar.

¿Gaviotas nacaradas, ya no pueden acudir más…?

 

Acariciadas en mi recuerdo con suspiros acentuados

por invisibles fantasías en aterciopelados destellos.

innumerables afanes de quebradizas huellas

que se han perdido con ellas, sutiles en el tiempo…

 

Misterios sonrosados, candorosos, brillantes

que ataviaron una vez con su presencia

con soles de ternuras, mis entrañas fecundas.   

¡Ecos deslumbrantes, palpitantes de vida!

 

¿Ya no tendré la dicha de escuchar sus trinos?

Ni aleteos tibios posarse en mi seno

en cobrizas auroras o en atardeceres

¡Cómo en primavera, cuando estaba fresca y pura!

 

Vuelve mansa la aurora, a recostar en mi pecho.

presume que anidadas se arrullan risueñas

con dolor que rebasa, como cada alborada

de ausencias constantes, la morada preñada.

 

El transitar detenido en la enormidad del fresco amanecer.

Desmantelado y sin brillo, en lo recóndito del tiempo

las vi aventurarse un día, perderse en la lejanía

¡Debí haber advertido, que ya nunca volverían…!

 


💜💜💜💜

OOOOOOOOOO


DESDE CUMBRE SOLEADA

 

Remonta sus alas a la cumbre soleada

jalando afligido corazón enamorado

a la cumbre plateada aliviar sus dolores

de esencias baladíes permanente en amores.

 

Aromáticos fulgores en sordo suspiro

sueños ambiciosos silenciados en el viento,

desvaría sólo con bruñidos manantiales

que en el glorioso valle se alzaban seductores.

 

Andén sediento en tu cuerpo bello, apasionado,

en ruta ciega de miles de besos robados.

Cariños traicionados apenas en umbrales

solitaria en lejanía oculta resquemores.

 

Resuelta ave alza amorosa sus alas en vuelo,

cargando un corazón que palpita enamorado.

Viaja diáfana feliz nutrida de dulzores

¡Desde cumbre soleada, ungida de colores!

 


Oooo14oooo

 

5/26/2022

MARCHITO PASAJERO SIN DESTINO.


De lo profundo de mi pecho nace un grito

que se eclipsa en el ocaso de mi vida,

inútil esperar tú estimulo anhelado.          

En lejanía no se oye, no se yergue, no me toca.

 

Negras telas envolventes, son extensas

y contienen mis eclipsados e infinitos lamentos, 

no sospeché bañada en primaveras  

lo aflictivo de las soledades del invierno.

 

Amor, en un puño mezquino, sobrevivo,

extenuada mi esperanza mira en lontananza

y prendida en el fulgor de tus ojos tiernos

¡Te amo! Y mi alma acurruco adormilada.

 

Ya no estoy, ya no existo, ya me he ido,

melancólicos caminos me abrazan.

Voy temblando con mi espíritu y mi aliento,

cual marchito pasajero sin destino.


💜

0000000000

¡ESTÁN ROBANDO!

  

¡ESTÁN ROBANDO!                                 

                                                                 

Elcira, bajo el árbol frondoso junto a su nieto Nachito, saboreaba un jarro de agua con harina tostada. A su lado Romualdo, su hijo mayor, sobaba el cuero para arreglar unas riendas, sus otros hijos ocupados con los asuntos del campo se movían y silbaban cerca del viejo galpón, Rosa y Graciela transpiraban sumidas en la vertiente con el lavado de frazadas, trabajo que siempre hacían antes de la llegada del invierno ya que, éste se aproximaba a pasos agigantados.

   —¡Hernán, Cirilo…, falta el agua para los chanchos! gritaba su hermano Audilio con los baldes agarrados.

  —Vamos al tiro.

   —¡Nachito, Nachito córtala, deja de azotar el árbol con ese lazo que las manzanas no se sacan así, ¡por la miéchica! —la hacía vociferar el niño—. Preocupada la tenía y la obligaba a regañarlo, él arrancaba para otro lado y de lejos le hacía burla con su huichi-pirichi.

   Ya con seis añitos, corría a pierna suelta con la guata al aire, sujeto el pantalón con una pitilla y a pata pelá, ágil corría a recoger las manzanas que caían de los árboles, pero miraba hacia arriba esas sí que le gustaban, porque en los ganchos delgados asomaban unas coloraditas que lo atraían.

   La abuela Elcira, lo miraba cómo trataba de escalar el árbol cada vez un poquito, pero cuando le gritaba, se alejaba, ella seguía con su tejido. Daba unas vueltas varilla en mano, espantaba las gallinas que cacareaban y lanzaban plumas rumbo a la vertiente. Y de nuevo su Nachito a intentar. Con los quehaceres logró olvidarse del asunto, pero cuando no lo vio corretear, lo buscó, pero por ningún lado lo hallaba.

   ¡Nachito! Nada, nada… Urgida miraba para todos lados, alzó la vista. ¡Santo cielos, este niño si salió atrevido!

   —¡Nachito por Dios mi niño qué has hecho! —exclamó—. Nachito resbalaba, ya no se sujetaba, sintió el crujir de la rama y no lo podía creer. 

   —¡Abuela, abuelitaaa! —gimoteó.

Ella dio un salto con los brazos bien estirados y de su garganta:

   ¡Ayuda, chiquillooos—: ¡Audilio!... ¡Hernánnn!... ¡Romualdooo!...  ¡HERNÁNNN! ¡ROMUALDOOO!

 

Sentada en la cama, sola en la oscuridad con los brazos bien estirados, la abuela Elcira escucha espantada el gigantesco bochinche. Todos corrían apresurados en distintas direcciones: gritos, golpes, la escalera crujía al peso de las zancadas, carreras, las puertas chirriaban con los portazos, el corredor sacudido con semejante alboroto, los perros vueltos locos ladraban al tono del griterío. 

   ¡Hernán! Dale por el portón grande y tú Audilio no te olvides de la escopeta, —gritaba Romualdo—.Yo voy camino a las trancas por si acaso estos miserables roban a caballo y si pillan a esos desgraciados los traen de la jeta y a pencazo limpio. ¡Benaiga! ¡Qué trabajo! 

   Corrían todos por el patio de los guindos, en tremendo alboroto alguien tropezó con los baldes de la leche y los tarros saltaron lejos. Allá iba Cirilo vigilante por la orilla del cerco de avellanos para el gallinero, no le achuntó a la reja y con el impulso quedó en el suelo, ahí rodaba Cirilo entre gallinas, gansos y patos, la escopeta se disparó, para: ¡No se sabe dónde!, y comenzó el loquerío de graznidos y cacareos, el gallo calculó que ya llegaba el alba y afinado comenzó con sus baladas y aleteos, todo en ese desconcierto hasta la amanecida.  

   Hernán recorría la parcela por el camino grande debajo de los sauces, divisó el galpón de la casona allá muy lejos donde bajaba el río, escudriñaba la oscuridad y preocupado de no encontrar a nadie comenzó a retroceder, en eso recordó la leyenda que ahí mismito asomaba “La del vestido blanco”, fantasma de la dama que en el remanso se ahogó ya hace unos años, con los pelos parados enfiló para la casa a tranco cortito y con los pantalones untados. ¡De los ladrones ni rastro!

 

Allá estaban las mujeres, la Rosa con la Graciela, tiritaban afirmadas en la puerta.

   —¿Y encontraron algo? preguntaron.  

   —¡Nada, nada! respondieron.

   —¿Y quién escuchó los gritos de la veterana? dijo Romualdo.

   —Fue el Cirilo con el Hernán, dijeron que era la voz de la abuela que gritaba a todo pulmón que estaban robando, mejor vamos a verla. Cansados de tanto traqueteo, caminaron a la pieza donde dormía la anciana, al abrir la puerta quedaron sorprendidos, ahí estaba sentada en la cama con los ojos muy abiertos y sus brazos estirados. Al verlos con voz chillona gritó:

   ¿Y Nachito dónde está, pobrecito mi niño cómo habrá quedado y ustedes de fiesta? —dijo. Rosa con cariño la consuela: dormidito en su cama mamá.

   —Bah y yo pide y pide socorro, ¡nadie ayuda en esta casa! Nachito pudo haberse muerto del porrazo. Por eso llamaba, a Hernán y a Romualdo.

Se miraron… ¡La abuela estaba soñando! Y nosotros...

Los hermanos se miraron con cara de pregunta. Pero si clarito escuchamos…, los dos a coro y a todo pulmón:

 

¡ESTÁNNN…! ¡ROBANDOOO…!   

¡ESTÁNNN…! ¡ROBANDOOO…! 

 

 

FIN.

 

<<<<<<<<<<

RELATOS CON CIEN PALABRAS

 

 RENATA-REENCUENTRO 

 Emocionado a las ocho en punto veo llegar el tren con sueños en su equipaje.

   Cómo recibir tanto gozo a mis años. Renata asoma y abrazo su cuerpo frágil percibiendo el perfume de siempre.

He vuelto a vivir después de tantos inviernos. ¡No sé qué decir!

Transitamos esta vida treinta años separados con nuestro amor intacto. —¡Mi vida, ya eres libre! —comento—: Él: repugnante castigador no existe, lo hemos borrado. Beso los surcos de su piel…, profundos por el sufrimiento. Amor ahora la vida es nuestra seremos felices.

   —¡Tus hijos y la policía nunca descubrirán cómo cayó del tren…!

 

<<<<<<<<<<

CALOR SOFOCANTE       

  Roberto llegó y a empujones me sacó para exhibirme por primera vez en una fiesta.

   La celebración era grandiosa, junto a Roberto fui saludando en forma metódica, grupos de jóvenes dejaron de bailar al verme.

   Con decenas de ojos puestos en mí, insistentemente, empecé a sonrojarme; muchachas hermosas acariciaban mi cuerpo completito deslizando sus dedos curiosos por mi piel, acelerando mi corazón, Roberto para tranquilizarme, conversaba riendo.

No aguantaba el calor sofocante, ya moría y sonidos muy agudos martillaban mi cerebro cansado, Roberto vino en mi auxilio.

 

“Se recalentó la batería”, ¡Qué celular! -escuché. Y me guardó en su bolsillo.  


<<<<<<<<<<

DESCONSOLADAS    

Las tres hermanas viudas muy viejitas, con sus deditos torcidos no podían coser. Para sujetar toda su ropa lo hacían con prendedores. Su paseo de mediodía era caminar al cementerio con flores para sus maridos.  

Un día, se retrasaron porque no podían terminar de vestirse. Enredadas en sus refajos buscaban desesperadas con sus calzones a la rodilla y protestando a todo pulmón:  —¿Dónde se habrán metido estos cabezones desgraciados? ¡¡¡Saben que cuando nos levantamos son indispensables!!! Ahora que los necesitamos desaparecen.  ¡Virgen Santa! —las tres a coro.

Mientras “los alfileres de ganchos”, se reían a carcajadas agazapados en un rincón.

 


<<<<<<<<<<

JARDÍN INTERIOR

    

Al desprender cada día una hoja

de mi corazón, ocres trigales,

aferrada a la rigidez de tu recuerdo…

¡Lo perfumo con albahacas y azahares!

 

Volverás, si vuelven los momentos

con sangre viva de frutos nupciales,

a estremecer mi ser, mi mente y mis anhelos.

¡Y a mi boca prender besos primaverales!

 

En suspiros enredarte en mis adentros

girar en nuevos y furtivos anocheceres

acariciados de auroras, lunas, sol y viento.

¡Con bruñida flama, remozar mis áridos jardines!

 


0000000000 

CUAJADAS DE REMEMBRANZAS


Cuajadas de remembranzas

sin luz y con holgura pregonando,

mis letras van deambulando

enrarecidas sin esperanzas.

 

Como telas deshilachadas

cual simple delantal roto,

plasmadas en sendero muerto

de dolores y desdichas cansadas.

 

¿Cómo sacarlas al aire y que vuelen por los cielos?

Que vuelvan a tener vida con hermosos sentimientos,

divagando en amores y refinados lucimientos

¿Si están untadas de lágrimas penitas y desconsuelos?

 

18/01/2013.   

 💜

oooooooooo

SEMBRANDO LÁGRIMAS DE HIELO

      

Herida, lacerada por látigos de fuego       

con mis ropas hurtadas vilmente y ultrajada,

en el torrente de mis pensamientos inmersa.

¡Voy por esta vida sembrando lágrimas de hielo!

 

Ando con pena añeja llorando al descubierto.

Herida, sin pretender jamás apaciguarla,       

ácido amargo carcomiendo a paso lento, alma, 

mis sentidos, mi piel, mis lerdos y enfermos huesos. 

 

Fastidiada de pretender un entendimiento   

ante terrible hecho a virginal carne rosada, 

vagar en mil rencores de amarguras, cansada,

aterida, ajada por el mudo sufrimiento. 

 

Vivir arrodillada alma y corazón contrito     

bajo los ancestrales miedos de sociedad, 

como alma en pena viviendo en esta humanidad. 

¡Sin coraje para delatar a ese corrupto!

  

Impregnada en esa oscura noche de un invierno,

cual ofuscada luciérnaga en brillante aurora.   

Testigo soy, de ecos insistentes de señoras.

¡Que tenaz mordiendo van las culpas del infierno! 

   

 (14 sílabas) 



0000000000

CAMINOS POLVORIENTOS


Por esos caminos polvorientos, de la montaña a la costa

tras la huella de la carreta va el campesino sin tiempo,  

su mano renegrida tantea su rostro curtido

que agrietado le riñe, su chupalla raída, deslice.

Garrocha al hombro asegura, para atizar sus rumiantes…

  ¡Cholito y Colorado! los anima de tiempo en tiempo

con aguardentosa voz impregnada de tristezas recónditas

Sus ojotas ya le pesan, por las millas recorridas,

mas, sin cejar, maniobra el curso, en ese espacio confuso.

Su corazón oprimido, en nebulosa expectativa

por la amada que carga adentro, entre sacos y chamantos.

Mujercita candorosa, que alberga un fruto en su vientre

sollozante ruega en silencio encuentren pronto refugio.

Los gemidos se confunden en oscura polvareda

los dolores son intensos y están solos en la cuesta

abajo, junto al río, fluye la alegría del mundo.

El carretero apura los bueyes y el carromato zarandea

el malestar ya sofoca y desprende los adentros.

Tarde-noche se divisa…

Un desmayado cuerpo en brazos de varón atormentado

que con lágrimas en los ojos despotrica mirando al cielo.

Su amada con su ilusión, no alcanzó pretendido asilo. 


0000000000

MARCHITO PASAJERO SIN DESTINO

  De lo profundo de mi pecho nace un grito que se eclipsa en el ocaso de mi vida, inútil esperar tú estimulo anhelado.           En lejanía ...